El dolor y el envejecimiento, ¿deben necesariamente estar relacionados?
Es frecuente escuchar en una conversación entre amigos y familiares, o incluso en consulta aquello de «me duele la espalda, será la edad» y comentarios similares, pero realmente no se trata más que de una creencia equivocada.
Algunos dolores como la migraña, el dolor lumbar o cervical son más frecuentes entre pacientes jóvenes que en adultos mayores, al contrario de lo que cabría esperar.
Envejecer no tiene porque suponer la aparición de nuevos dolores, o el aumento de la intensidad de dolores anteriores. Por ello es importante que desterremos esta idea de nuestra cabeza, hacernos mayores no tiene porque estar reñido con un buen estado de salud, con la ausencia de dolor.
Y en el caso que si exista el dolor, ¿Qué debemos hacer? Aqui jugará un importante papel explicarle a nuestros pacientes que su edad no es un factor limitante en su recuperación, que pueden mejorar sus síntomas y que no tienen porque resignarse a sentir dolor.
Recuerda, hacernos mayores y sentirnos bien, no son conceptos opuestos.
¿Qué factores puedo controlar y cuales no en la pérdida de peso?
Cuando empezamos un proceso de cambio de alimentación para bajar de peso pueden aparecer situaciones en las que nos genere estrés en lo bajar de peso o «estancarnos». Podemos empezar a pensar en los motivos por los que no bajamos de peso, y muchas veces estos estarán equivocados.
Factores que no puedo controlar/modificar:
- Peso que voy a perder en una semana/quincena/mes
- Grasa por zonas, iremos reduciendo grasa en general y según cada cuerpo en que zona
- Genética
- Edad
Por el contrario, y dónde tenemos que ponernos a trabajar tenemos los factores que si podemos controlar:
- Cambios en la alimentación (Preparaciones menos calóricas, menos procesados, más vegetales…)
- Aumentar nuestra actividad física diaria
- Mejorar nuestro descanso y nuestra hidratación
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